Ningún peleador en UFC tuvo un primer trimestre tan ajetreado como Gilbert Burns.
Burns arrancó su 2023 en su natal Brasil sometiendo en un asalto a Neil Magny. Tres meses después viajó hacia Miami, el patio de Jorge Masvidal, para retirarlo con una victoria en las tarjetas. Por si eso no fuera poco, a las cuatro semanas cumplió con su tercera aparición seguida en PPV aceptando una pelea en corto aviso con Belal Muhammad que definiría al próximo retador al cinturón de Peso Welter.
Durante el combate, Burns sufrió una lesión en el brazo. Quemado físicamente, acabó perdiendo en la distancia ante un Muhammad que sumó su novena victoria consecutiva.
Conversando con Ag. Fight, ‘Durinho’ no mostró ningún arrepentimiento por mantenerse activo entre los contendientes de la división.
«Creo que no me arrepiento. Creo que todo tiene una lección», declaró el veterano de 36 años. «Todo tiene un aprendizaje. Podría haberme pegado un descanso, pero cuando el médico me explicó de la lesión, me dijo que fue un choque muy fuerte. Que si hubiese descansado o hubiese peleado en julio o agosto, y hubiese pasado lo mismo, igualmente iba a lesionarme. No fue una lesión que pasó porqué forcé la pelea. No estaba seguro. Si me quedaba inactivo algo iba a pasar. No estaba garantizado, pero quise ganarme mi oportunidad titular. Me lesioné, pero no creo que me haya retrasado mucho en mis aspiraciones».
Burns calcula que podrá volver al octágono a fines de año para una pelea más.