Quién le iba a decir a un joven ladrón que una tarde, cuando entró ebrio a robar a una casa en la que vivía una pareja de ancianos de más de 70 años, acabaría con la cara ensangrentada y llena de golpes por la valentía del «campeón» de la casa.
Tal y como publica The Telegraph, el ladrón, un joven de 23 años llamado Gregory McCalium, ingreso a la casa y sacó un cuchillo en gesto desafiante hacia la pareja.
Lo que jamás imaginó McCalium es que Frank Corti, de 72 años, había sido boxeador y antiguo militar. Además, formó parte de los Ingenieros Reales Británicos, y había sido destinado entre 1956 y 1958 a África del Norte.
Su gran experiencia le permitió afrontar la amenaza como él mejor sabía, esto es, contraatacando. Corti le propinó dos ganchos en la cara que dejó al ladrón tendido en el suelo, «como un saco de patatas», le explicó el jubilado al juez durante el transcurso del juicio, que finalizó con una condena de cuatro años y medio de cárcel para el atracador.
«Si no se puede defender lo que es tuyo, ¿Dónde estamos?», se justificaba el exmilitar inglés.
«Me lo merecía», reconoció el acusado ante el juez.
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